Emprender en salud se está convirtiendo en un campo con un sinfín de oportunidades, tanto para autónomos como para grandes empresas. Desde el campo de la investigación, hasta la apertura de centros clínicos u hospitalarios, las iniciativas sanitarias pueden convertirse en empresas verdaderamente rentables. Para ello, es fundamental desarrollar una planificación óptima y mantener una gestión eficiente y adecuada de los recursos disponibles.
Parte de una buena planificación empresarial consiste en aprovechar los incentivos, ayudas y bonificaciones disponibles a la hora de iniciar una actividad. Conocer qué aspectos son susceptibles de exenciones y a qué beneficios puede optarse a nivel de negocio puede contribuir sustancialmente al lanzamiento de cualquier iniciativa. Esto debe tomarse en consideración, especialmente en los primeros compases de la creación de una empresa: contribuirá a mitigar un periodo de inversión inicial y, habitualmente, de déficit, hasta la entrada de las primeras fuentes de ingresos.
Numerosos países contemplan en su legislación una serie de medidas desarrolladas para favorecer la aparición de empresas de distinto tipo. El impacto positivo de estas ayudas suele manifestarse, por ejemplo, en la generación de empleo o el fomento de la investigación y desarrollo. Del mismo modo, numerosas entidades privadas financias y colaboran en impulsar ideas de negocio de distintos sectores a través de donaciones o programas de financiación.
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A continuación revisaremos los principales aspectos relacionados con las ayudas al emprendimiento y, más concretamente, a las iniciativas del sector sanitario. Veremos también algunos consejos básicos para desenvolverse adecuadamente a la hora de solicitarlas y poder optar a las mismas.
¿En qué suelen consistir las ayudas para emprender un negocio?
Abordando la cuestión desde un prisma amplio, podemos ver qué tipo de ayudas suelen desplegarse para favorecer el emprendimiento en general. Estas afectarían también, por supuesto, a las empresas sanitarias. Algunas son tangibles y directas, mientras que otras, como veremos, son indirectas o intangibles. Los incentivos más comunes para emprendedores suelen ser las siguientes:
- Subvenciones a fondo perdido: Algunas entidades y administraciones públicas cubren ciertos gastos iniciales sin necesidad de que estas cantidades sean devueltas.
- Financiación flexible y préstamos blandos: Numerosos grupos financieros ofrecen préstamos con condiciones ventajosas a nivel de interés y plazos para emprendedores.
- Formación, asesoramiento y mentoría: Actualmente, existen numerosos programas públicos y privados que financian la participación de talleres y cursos formativos. También se ofrecen medidas de asesoramiento y orientación al profesional.
- Bonificaciones y reducciones fiscales: Habitualmente, las empresas de nueva creación pueden beneficiarse de exenciones de distinto tipo durante periodos iniciales de actividad.
- Incubadoras y aceleradoras de empresas: Se ofrecen espacios físicos y virtuales para el desarrollo de proyectos. Estas iniciativas también suelen ofrecer asesoramiento y networking.
El objetivo de todas estas medidas e incentivos es, de una forma u otra, contribuir la puesta en marcha y el desarrollo de una empresa. Quienes las tienen en cuenta en su planificación pueden beneficiarse sensiblemente frente a sus competidores, especialmente al inicio de la gestación de un negocio.
¿Existen ayudas específicas para emprender en salud?
Al margen de subvenciones y ayudas generales para el desarrollo de empresas, en España pueden encontrarse incentivos propios para iniciativas del sector sanitario. Estas se centran, normalmente, en el apoyo de proyectos de investigación y desarrollo de carácter científico. La optimización de procesos sanitarios, la introducción de nuevas tecnologías y el desarrollo de técnicas que mejoren el cuidado al paciente podrían englobarse en este ámbito.
Entre estas se encuentran, por ejemplo, las promovidas por el Instituto de Salud Carlos III. Estas se enmarcan en el programa de Acción Estratégica en Salud y se dividen en tres líneas: Desarrollar, Atraer y Retener Talento; Impulsar la Investigación Ciéntifico-Técnica y su Transferencia y, por último, Afrontar las Prioridades de Nuestro Entorno. Son partidas destinadas, principalmente, a la contratación de personal investigador en ciencias de la salud.
Por otra parte, también existen programas de incentivos con fondos europeos, como son Horizonte 2020 u Horizon Europe. Estas están destinadas a impulsar el desarrollo de proyectos de índole científica en Europa. A través de estas iniciativas se está dando apoyo a PYMES europeas que emplean la tecnología para innovar en salud o alimentación, por ejemplo. Contribuyen a que estas empresas se internacionalicen y sus proyectos crezcan en repercusión y envergadura.
Otras ayudas relevantes para emprender un negocio sanitario en España
- Líneas ICO para emprendedores: Préstamos públicos para financiación de PYMES de nueva creación o en fases de expansión.
- Programa Kit Digital: Iniciativa dirigida a posibilitar la digitalización de PYMES con partidas para propiciar, por ejemplo, su presencia en Internet, automatizar procesos y mejorar la captación y gestión de clientes.
- Contratación de jóvenes: En la actualidad, numerosas comunidades autónomas bonifican en cierto modo las contrataciones a jóvenes menores de 30 años.
De unos años hasta la fecha, la presencia de programas de apoyo y ayuda a PYMES ha ido en ascenso. El apoyo al emprendimiento ha demostrado ser clave para el desarrollo de diversos sectores estratégicos a nivel nacional e internacional. Por este motivo, se espera que estos incentivos no finalicen, sino que se conviertan en una inversión constante por parte de las administraciones públicas.
Consejos para solicitar y obtener las ayudas para emprender
En los párrafos anteriores se evidencian las diversas posibilidades que toda empresa puede tener a su alcance para estimular su crecimiento y consolidar su posición. Sin embargo, abordar correctamente cada ayuda y llevar a cabo su tramitación de manera efectiva puede ser un reto en sí mismo. Gestionar cualquier trámite burocrático sin experiencia previa puede convertirse en un proceso tedioso, frustrante y retrasar la constitución de la empresa.
En este sentido, siempre es conveniente realizar un plan de negocio detallado y evaluar la viabilidad del mismo. Para ello, es recomendable ponerse en manos de asesores especializados en el sector sanitario, así como en la gestión de estas ayudas y subvenciones. La visión de un profesional permitirá identificar oportunidades adicionales de financiación, evitar errores de forma y enmendar posibles defectos en el plan de negocio inicial.
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